Desde
su charco una parlera rana
oyó
cacarear a una gallina.
-«Vaya;
le dijo: no creyera, hermana,
que
fueras tan incómoda vecina.
Y
con toda esa bulla, ¿qué hay de nuevo?
-«Nada,
sino anunciar que pongo un huevo.»
-«¿Un
huevo solo? ¡Y alborotas tanto!»
-«Un
huevo solo; sí, señora mía.
¿Te
espantas de eso, cuando no me espanto
de
oírte cómo graznas noche y día?
Yo,
porque sirvo de algo, lo publico;
tú,
que de nada sirves, calla el pico.»
Al
que trabaja algo, puede disimulárselo que lo pregone; el que nada
hace, debe callar.
Iriarte (Tomas de) - 043
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