Un lobo hartado de comida y ya sin
hambre, vio a una oveja tendida en el suelo. Dándose cuenta que se había
desplomado simplemente de terror, se le acercó, y tranquilizándola le prometió
dejarla ir si le decía tres verdades.
Le dijo entonces la oveja que la
primera es que preferiría no haberle encontrado; la segunda, que como ya lo
encontró, hubiera querido encontrarlo ciego; y por tercera verdad le dijo:
-¡Ojalá, todos los lobos malvados,
murieran de mala muerte, ya que, sin haber recibido mal alguno de nosotras, nos
dan una guerra cruel!
Reconoció el lobo la realidad de
aquellas verdades y dejó marchar a la oveja.
Camina siempre soportado en la verdad, y ella te abrirá
los caminos del éxito, aún entre adversarios
1.023.5 Esopo
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