Había una casa invadida de ratas.
Lo supo un gato y se fue a ella, y poco a poco iba devorando las ratas. Pero
ellas, viendo que rápidamente eran cazadas, decidieron guardarse en sus
agujeros.
No pudiendo el gato alcanzarlas,
ideó una trampa para que salieran. Trepó a lo alto de una viga, y colgado de
ella se hizo el muerto. Pero una de las ratas se asomó, lo vio y le dijo:
-¡Oye amiguito, aunque fueras un
saco de harina, no me acercaría a ti!
Los malvados, cuando no pueden dañar a sus víctimas
directamente, buscan un atrayente truco para lograrlo. Cuídate siempre de lo
que te ofrecen como muy lindo y atrayente.
1.023.5 Esopo
No hay comentarios:
Publicar un comentario