Se dice que los cisnes cantan justo
antes de morir. Un hombre vio en venta a un cisne, y habiendo oído que era un
animal muy melodioso, lo compró.
Un día que el hombre daba una cena,
trajo al cisne y le rogó que cantara durante el festín. Mas el cisne mantuvo el
silencio.
Pero un día, pensando el cisne que
ya iba a morir, forzosamente lloró de antemano su melodía. Al oírle, el dueño
dijo:
-Si sólo cantas cuando vas a morir,
fui un tonto rogándote que cantaras en lugar de inmolarte.
Muchas veces sucede que tenemos que hacer a la fuerza lo
que no quisimos hacer de voluntad.
1.023.5 Esopo
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