Cuando los humanos vieron por
primera vez al camello, se asustaron, y atemorizados por su gran tamaño
emprendieron la huída.
Pero pasado el tiempo y viendo que
era inofensivo, se envalentonaron y se acercaron a él.
Luego viendo poco a poco que el
animal no conocía la cólera, llegaron a domesticarle hasta el punto de
colocarle una brida, dándoselo a los niños para conducirlo.
Es natural que lo desconocido lo tratemos siempre con
recelo y prudencia. Después de varias observaciones podremos tener un juicio
mejor.
1.023.5 Esopo
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