Andaba un cuervo escaso de comida y
vio en el prado a una culebra dormida al sol; cayó veloz sobre ella y la raptó. Mas la culebra,
despertando de su sueño, se volvió y la mordió.
El cuervo viéndose morir dijo:
-¡Desdichado de mí, que encontré un
tesoro pero a costa de mi vida!
Antes de querer poseer algún bien, primero hay que valorar
si su costo vale la pena.
1.023.5 Esopo
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