Había un león que no era enojoso,
ni cruel, ni violento, sino tratable y justo como una buena criatura, que llegó
a ser el rey.
La tímida liebre dijo entonces:
-He anhelado ardorosamente ver
llegar este día, a fin de que los débiles seamos respetados con justicia por
los más fuertes.
E inmediatamente corrió lo mejor
que pudo.
Cuando en un Estado se practica la justicia, los humildes
pueden vivir tranquilos..., pero no deben atenerse.
1.023.5 Esopo
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