Dos
zorros entraron de noche y por sorpresa en un gallinero y estrangularon al
gallo, las gallinas y a los polluelos y, después de la carnicería, apaciguaron
su hambre. Uno de ellos, joven y ardiente, quería devorarlo todo; el otro,
viejo y avaro, quería guardar alguna provisión para más adelante. El viejo
decía:
-Hijo
mío, la experiencia me ha vuelto sabio: yo he visto muchas cosas desde que
estoy en el mundo. No comamos todo esto en un solo día. Hemos tenido fortuna;
es un tesoro lo que hemos encontrado y es preciso economizar.
El
joven contestó:
-Yo
quiero comerlo todo ahora que lo tengo y saciarme por ocho días; porque
riámonos de lo que pueda suceder; el mañana no será tan bueno: el amo, para
vengar la muerte de sus pollos, nos acogotará.
Después
de esta conversación cada cual cogió su parte. El joven comió tanto que
reventó; apenas pudo llegar a su madriguera para morir. El viejo, que se creyó
más sabio moderando su apetito y vivir economizando, al día siguiente, al
volver a su presa, fue acogotado por el amo.
Así,
cada edad tiene sus defectos; los jóvenes son fogosos e insaciables en sus
placeres; los viejos son incorregibles en su avaricia.
1.092.5 Fenelon (Salignac de la Mothe-Fenelon, François de) - 041
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