Una
osa dio a luz un pequeño cachorro horriblemente feo.
No
se reconocía en él ninguna forma de animal; era como una masa informe y
repugnante. La osa, bien apesadumbrada a un tal hijo, fue en busca de su vecina
la corneja, la cual cantaba a la sombra de un árbol murmurando de lo lindo.
-¡Mi
buena comadre! -díjole. ¿Qué he de hacer con mi cachorro? ¡Ganas me viene de
estrangularlo!
-¡Guardaos
de hacerlo! -contestó la murmuradora. Yo he visto a otras osas en la misma situación
embarazosa que vos. Id, pues; lamed dulcemente a vuestro hijo y le veréis
hermoso y agraciado y os honrará.
La
osa creyó fácilmente lo que le dijo la corneja su comadre en favor de su hijo y
se esmeró cuidándole; y el cachorro, poco a poco, pareció menos disforme.
Yendo
luego a dar gracias a su comadre; le habló de esta suerte:
-Si
no hubiéseis moderado mi impaciencia hubiera desgarrado con seguridad al hijo
que al presente constituye el placer de mi vida.
¡Cuántos
bienes impide la impaciencia y cuántos males causa!
1.092.5 Fenelon (Salignac de la Mothe-Fenelon, François de) - 041
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