Un Objeto que estaba
caminando por el Camino Real, envuelto en honda meditación y en poca cosa más,
súbitamente se encontró ante las puertas de una ciudad extraña. Cuando solicitó
ser admitido, fue detenido como indigente y llevado ante el Rey.
-¿Quién eres -interrogó
el Rey, y cómo te ganas la vida?
-Soy Snouter el
descuidista -replicó el Objeto, inventando rápidamente, carterista.
El Rey estaba por ordenar
su liberación, cuando el Primer Ministro sugirió que examinaran los dedos del
prisionero. Se descubrió que estaban muy achatados y encallecidos en los
extremos.
-¡Ja! -exclamó el Rey-
¡Se lo dije! Es adicto a contar sílabas. Un poeta. Llévenlo con el Gran Señor
Disuasor del Hábito de la
Cabeza.
-Mi señor -dijo el
Inventor Ordinario de Penas Ingeniosas-, me atrevo a sugerir un castigo más
sagaz.
-Dígalo -contestó el Rey.
-¡Permitirle que conserve
esa cabeza! Eso fue lo que se ordenó.
1.007.5 Briece (Ambrose)
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