Un Médico de Buen Corazón
sentado a la cabecera de un paciente aquejado por una enfermedad incurable y
dolorosa, escuchó un ruido tras él, y volviéndose vio a un Gato que se reía de
los débiles esfuerzos de un Ratón herido, por arrastrarse fuera de la
habitación.
-¡Bestia cruel! -exclamó.
¿Por qué no lo matas de una vez, como una dama?
Levantándose, sacó al
Gato a puntapiés de la habitación, y recogiendo al Ratón, compasivamente lo
arrebató a sus sufrimientos retorciéndole el cuello. Requerido desde el lecho
por los gemidos de su paciente, el Médico de Buen Corazón administró un
estimulante, un tónico y un nutriente, y se fue.
1.007.5 Briece (Ambrose)
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