Un Perro que había estado
persiguiendo su propia cola abandonó la caza y se echó a reposar, encogido. En
su nueva postura, descubrió que su cola estaba al alcance de sus dientes. La
mordió con avidez, pero la soltó de inmediato, respingando por el dolor.
-Después de todo -dijo,
hay más alegría en la persecución que en la posesión.
1.007.5 Briece (Ambrose)
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