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jueves, 19 de septiembre de 2013

El administrador partidario y el caballero

Un Administrador de un Partido le dijo a un Caballero, que estaba ocupándose de sus propios asuntos:
-¿Cuánto pagará por una candidatura a un cargo?
-Nada -replicó el Caballero.
-Pero contribuirá con algo a los fon­dos de la campaña para apoyar su elec­ción ¿no? -preguntó el Administrador del Partido, guiñando el ojo.
-Oh, no -dijo seriamente el Caballe­ro. Si el pueblo desea que trabaje para él debe emplearme sin que yo lo solicite. Es­toy muy bien sin ningún cargo.
-Pero -lo urgió el Administrador del Partido, un nombramiento es algo desea­ble. Es un gran honor ser un servidor del pueblo.
-Si el servicio del pueblo es un gran honor -dijo el Caballero- sería indecen­te de mi parte buscarlo; y si lo obtuviera por mi propio esfuerzo, dejaría de ser un honor.
-Bueno -insistió el Administrador del Partido, espero que al menos endosará la plataforma partidaria.
El Caballero replicó:
-Es improbable que sus autores hayan expresado fielmente mis puntos de vista sin consultarme; y si endoso su obra sin aprobarla sería un mentiroso.
-¡Usted es un hipócrita detestable y un idiota! -gritó el Administrador del Parti­do.

-Ni siquiera su buena opinión acerca de mi idoneidad me convencerá -replicó el Caballero.

1.007.5 Briece (Ambrose)

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