Un Salteador de Caminos
enfrentó a un Viajero, y apuntándole con un arma de fuego, le gritó:
-¡El dinero o la vida!
-Mi querido amigo -dijo
el Viajero, de acuerdo con los términos de su exigencia mi dinero salvará mi
vida, mi vida mi dinero; usted indica que se apoderará de una o de lo otro,
pero no de ambos. Si esto es lo que usted quiere decir le ruego que sea bueno
y tome mi vida.
-No es eso lo que quiero
decir -replicó el Salteador; usted no puede salvar su dinero renunciando a su
vida.
-Entonces, tómela de
todos modos -dijo el Viajero. Si no sirve para salvar mi dinero, no sirve para
nada.
Tanto agradaron al
Salteador la filosofía y el ingenio del Viajero, que lo tomó como socio y esta espléndida
combinación de talentos fundó un periódico.
1.007.5 Briece (Ambrose)
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