-Mi querido señor -dijo
el Editor al Poeta que lo visitaba para hablar de la publicación de su poema,
lamento decir que debido a un infortunado altercado en esta oficina, la mayor
parte de su manuscrito es ilegible; se derramó sobre él una botella de tinta,
manchando todo salvo la primera línea, es decir: "Las hojas de otoño
caían, caían". Desafortunadamente, no habiendo leído el poema, fui incapaz
de recordar los incidentes que seguían; de otro modo, podríamos haberlos
ofrecido con nuestras propias palabras. Si la noticia no ha perdido interés y
no apareció ya en otros periódicos, quizás usted tendrá la amabilidad de
relatarnos lo ocurrido, mientras yo tomo notas. "Las hojas de otoño
caían, caían". Prosiga.
-¿Qué? -dijo el Poeta.
¿Espera que yo reproduzca todo el poema de memoria?
-Sólo la sustancia...
sólo los hechos conducentes. Nosotros agregaremos lo que sea necesario para
amplificarlo y embellecerlo. Sólo le llevará un momento. "Las hojas de
otoño caían, caían". Adelante.
Se escuchó el sonido de
un lento levantarse e irse, mientras el cronista de sucesos efímeros
permanecía inmóvil, con su pluma suspendida; y cuando el movimiento se
completó, la Poesía
sólo quedó representada en ese lugar, por un sitio tibio en una silla.
1.007.5 Briece (Ambrose)
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