Los sucesivos Congresos
habían empobrecido enormemente al Pueblo, que estaba desanimado y lloraba
copiosamente.
-¿Por qué lloran? -indagó
un Angel que se había posado en un árbol cercano.
-Nos han sacado todo lo
que teníamos -fue la respuesta, excepto -añadió el Pueblo, al darse cuenta de
quién era el llamativo visitante, excepto nuestra esperanza del Paraíso.
¡Gracias a Dios que no pudieron quitarnos eso!
¡Pero al fin llegó el
Congreso de 1889!
1.007.5 Briece (Ambrose)
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