Penetró una zorra en un rebaño de
corderos, y arrimando a su pecho a un pequeño corderillo, fingió acariciarle.
Llegó un perro de los que cuidaban
el rebaño y le preguntó:
-¿Qué estás haciendo?
-Le acaricio y juego con él
-contestó con cara de inocencia.
-¡Pues suéltalo enseguida, si no
quieres conocer mis mejores caricias!
Al impreparado lo delatan sus actos.
Estudia y aprende con gusto y tendrás éxito en tu vida.
1.023.5 Esopo - 000
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