Se asociaron una gaviota, un
murciélago y un espino para dedicarse juntos al comercio.
El murciélago buscó dinero, el
espino unas telas, y la gaviota, una cantidad de cobre. Hecho lo cual
aparejaron un barco.
Pero surgió una tremenda borrasca
hundiéndose la barca y perdiéndose la carga; sólo salvaron sus vidas.
Por eso desde entonces la gaviota
revolotea siempre al acecho en las orillas para ver si el mar arroja en alguna
playa su cobre; el murciélago, huyendo de sus acreedores, sólo sale de noche
para alimentarse; y el espino, en fin, apresa la ropa de los viajeros tratando
de reconocer sus telas.
Siempre volvemos a lo que es de nuestro verdadero interés.
1.023.5 Esopo - 000
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