A un taller de un herrero entró una
víbora, pidiéndole caridad a las herramientas. Después de recibir algo de
todas, faltando sólo la lima, se le acercó y le suplicó que le diera alguna
cosa.
-¡Bien engañada estás! -repuso la
lima, si crees que te daré algo. ¡Yo que tengo la costumbre, no de dar, sino de
tomar algo de todos!
Nunca debes esperar obtener algo de quien sólo ha vivido
de quitarle a los demás.
1.023.5 Esopo - 000
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