Un anciano león, incapaz ya de
obtener por su propia fuerza la comida, decidió hacerlo usando la astucia. Para ello
se dirigió a una cueva y se tendió en el suelo, gimiendo y fingiendo que estaba
enfermo. De este modo, cuando los otros animales pasaban para visitarle, los
atrapaba inmediatamente para su comida.
Habían llegado y perecido ya
bastantes animales, cuando la zorra, adivinando cuál era su ardid, se presentó
también, y deteniéndose a prudente distancia de la caverna, preguntó al león
cómo le iba con su salud.
-Claro que hubiera entrado -le dijo
la zorra- si no viera que todas las huellas entran, pero no hay ninguna que
llegara a salir.
Siempre advierte a tiempo los indicios del peligro, y así
evitarás que te dañe.
1.023.5 Esopo - 000
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