Había un hombre que odiaba a una
zorra porque le ocasionaba algunos daños ocasionalmente.
Después de mucho intentarlo, pudo
al fin cogerla, y buscando vengarse de ella, le ató a la cola una mecha
empapada en aceite y le prendió fuego.
Pero un dios llevó a la zorra a los
campos que cultivaba aquel hombre.
Era la época en que ya se estaba
listo para la recolección del producto y el labrador siguiendo a la raposa,
contempló llorando, cómo al pasar ella por sus campos, se quemaba toda su
producción.
Procura ser comprensivo e indulgente, pues siempre sucede
que el mal que generamos, tarde o temprano se regresa en contra nuestra.
1.023.5 Esopo - 000
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