Un cuervo robó a unos pastores un
pedazo de carne y se retiró a un árbol.
Lo vio una zorra, y deseando
apoderarse de aquella carne empezó a halagar al cuervo, elogiando sus elegantes
proporciones y su gran belleza, agregando además que no había encontrado a
nadie mejor dotado que él para ser el rey de las aves, pero que lo afectaba el
hecho de que no tuviera voz.
El cuervo, para demostrarle a la
zorra que no le faltaba la voz, soltó la carne para lanzar con orgullo fuertes
gritos.
La zorra, sin perder tiempo,
rápidamente cogió la carne y le dijo:
-Amigo cuervo, si además de vanidad
tuvieras entendimiento, nada más te faltaría realmente para ser el rey de las
aves.
Cuando te adulen, es cuando con más razón debes cuidar de
tus bienes.
1.023.5 Esopo - 000
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