Un hijo pródigo, habiendo
derrochado su patrimonio, sólo le quedaba un manto.
De repente vio a una golondrina que
se había adelantado a la
estación. Creyendo que ya llegaba la primavera, y que por lo
tanto no necesitaría más del manto, fue también a venderlo.
Pero regresó el mal tiempo y el
aire se puso más frío. Entonces, mientras se paseaba, halló a la golondrina
muerta de frío.
-¡Desgraciada! -le dijo, nos has
dañado a los dos al mismo tiempo.
Toma nota de si es la hora correcta antes de ejecutar una
decisión. Una acción a destiempo puede ser desastrosa.
1.023.5 Esopo - 000
No hay comentarios:
Publicar un comentario