Una cierva era perseguida por unos
cazadores y se refugio bajo una viña. Pasaron cerca los cazadores, y la cierva,
creyéndose muy bien escondida, empezó a saborear las hojas de la viña que la
cubría.
Viendo los cazadores que las hojas
se movían, pensaron muy acertadamente, que allí adentro había un animal oculto,
y disparando sus flechas hirieron mortalmente a la cierva. Ésta, viéndose
morir, pronunció estas palabras:
-¡Me lo he merecido, pues no debí
haber maltratado a quien me estaba salvando!
Sé siempre agradecido con quien generosa-mente te da la
ayuda para salir adelante.
1.023.5 Esopo - 000
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