Una cierva a la que le faltaba un
ojo pacía a orillas del mar, volviendo su ojo intacto hacia la tierra para
observar la posible llegada de cazadores, y dando al mar el lado que carecía
del ojo, pues de allí no esperaba ningún peligro.
Pero resulta que una gente navegaba
por este lugar, y al ver a la cierva la abatieron con sus dardos. Y la cierva
agonizando, se dijo para sí:
-¡Pobre de mí! Vigilaba la tierra,
que creía llena de peligros, y el mar, al que consideraba un refugio, me ha
sido mucho más funesto.
Nunca excedas la valoración de las cosas. Procura ver
siempre sus ventajas y desventajas en forma balanceada.
1.023.5 Esopo - 000
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