Había una zorra que nunca había
visto un león.
La puso el destino un día delante
de la real fiera. Y como era la primera vez que le veía, sintió un miedo
espantoso y se alejó tan rápido como pudo.
Al encontrar al león por segunda
vez, aún sintió miedo, pero menos que antes, y lo observó con calma por un
rato.
En fin, al verlo por tercera vez,
se envalentonó lo suficiente hasta llegar a acercarse a él para entablar
conversación.
En la medida que vayas conociendo algo, así le irás
perdiendo el temor. Pero mantén siempre la distancia y prudencia adecuada.
1.023.5 Esopo - 000
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