Una Serpiente de
Cascabel, observando que se acercaba un Hombre con una Cámara Fotográfica, se
arrastró debajo de una piedra plana, y no dejó expuesta otra cosa más que la
punta de su nariz.
-No iba a fotografiarte
-explicó el Hombre de la Cámara ,
con un toque de tristeza en su voz. Poseo la antigua fe en la divina sabiduría
de las serpientes, y he venido a preguntarte por qué soy odiado y evitado por
toda la humanidad.
-Cielos -dijo la Serpiente de Cascabel,
los dioses me han negado ese conocimiento. ¿Puedes decirme tú por qué yo no
soy muy requerida como compañera?
No hay comentarios:
Publicar un comentario