Un Escritor de Fábulas marchaba a través
de un bosque solitario, cuando se encontró con la Fortuna. Terriblemente
asustado, trató de trepar a un árbol, pero la Fortuna tiró de él, lo
hizo bajar, y se le ofreció con cruel insistencia.
-¿Por qué trataste de escapar? -preguntó
la Fortuna ,
una vez que cesó la resistencia y se acallaron los chillidos del Fabulista.
¿Por qué me miras de manera tan inhospitalaria?
-No sé qué eres -respondió el Escritor
de Fábulas, hondamente perturbado.
-Soy la riqueza, soy la respetabilidad
-dijo la Fortuna ;
soy casas elegantes, un yate, una camisa limpia todos los días. Soy el ocio,
soy los viajes, el vino, un sombrero brillante y un saco que no brilla. Soy la
comida suficiente.
-Muy bien -dijo el Escritor de Fábulas,
en un susurro; ¡pero, por Dios, habla más bajo!
-¿Por qué? -preguntó la Fortuna , sorprendida.
-Para no despertarme -replicó el Escritor
de Fábulas, mientras una increíble calma se adueñaba de su hermoso rostro.
1.007.5 Briece (Ambrose)
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