Advirtiendo que estaba
por morir, un Anciano convocó a sus dos Hijos junto a su lecho, y expuso la
situación.
-Hijos míos -les dijo,
ustedes no me ofrecieron muchas señales de respeto durante mi vida, pero darán
fe de su pena por mi muerte. Aquel que más tiempo ¡leve luto en su sombrero en
mi memoria, se quedará con toda mi fortuna. He hecho un testamento a tal
efecto.
De modo que cuando el
Anciano murió, los jóvenes pusieron luto en sus sombreros, y lo llevaron hasta
que ellos mismos fueron viejos, cuando, comprendiendo que ninguno de los dos
lo abandonaría, convinieron que el más joven dejaría de usar luto, y el mayor
le daría la mitad de la fortuna. ¡Pero cuando el mayor solicitó la propiedad,
se encontró con que había habido un Albacea!
De este modo, fueron
adecuadamente castigadas la hipocresía y la obstinación.
1.007.5 Briece (Ambrose)
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