A una Viuda que lloraba
sobre la tumba de su esposo, se le aproximó un Caballero Atractivo que, de
manera respetuosa, le aseguró que desde hacía tiempo abrigaba por ella los
sentimientos más tiernos.
-¡Sinvergüenza! -exclamó la Viu da. ¡Déjeme ya mismo! ¿Es
momento para hablarme de amor?
-Le aseguro, señora, que
no pensaba descubrir mis sentimientos -explicó humildemente el Caballero
Atractivo, pero el poder de su belleza venció a mi discreción.
-Tendría que verme cuando
no estoy llorando -dijo la
Viuda.
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