Romualdo era un lince y el mejor vigía de Picolandia,
el país de las cumbres más altas de la Tierra. Se pasaba la mayor parte del día
en su puesto de observación del Pico de las Estrellas, a miles de metros sobre
el nivel del mar.
Una mañana, Romualdo se despertó completamente ciego.
Una misteriosa enfermedad era la causante de su desgracia. Desesperado,
Romualdo se retiró a lo más profundo del bosque, pero el rey, agradecido por el
trabajo que había hecho tantos años, le mandó llamar para que viviera con él en
el palacio real el resto de su vida.
«Es una gran desgracia haber perdido la vista, pero los buenos amigos te
ayudarán.»
0.999.5 anonimo fabula,
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