Un miserable
Enfermo se moría,
Y el Médico
importuno le decía:
«Usted se muere; yo
se lo confieso;
Pero por la alta
ciencia que profeso,
Conozco, y le
aseguro firmemente,
Que ya estuviera
sano,
Si se hubiese
acudido más temprano
Con el benigno
clister detergente.»
El triste Enfermo,
que lo estaba oyendo,
Volvió la espalda
al Médico, diciendo:
«Señor Galeno, su
consejo alabo.
Al asno muerto la
cebada al rabo.»
Todo varón prudente
Aconseja en el
tiempo conveniente;
Que es hacer de la
ciencia vano alarde
Dar el consejo cuando llega tarde.
1.045.5 Samaniego (Felix Maria)
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