Juguemos al escondite -dice la mariposa al moscardón,
con ganas de divertirse.
-¿Al escondite? Ja, ja, ja! -se ríe el moscardón. ¡Con
las alas tan grandes que tienes te encontraré en seguida!
Comienzan a jugar, primero le toca esconderse al
moscardón y lo hace detrás de un matorral. Es tan fuerte su zumbido que la
mariposa lo encuentra fácilmente. Ahora le toca esconderse a la mariposa.
Esta se oculta entre los coloridos pétalos de una
hermosa flor que es amarilla como ella. El moscardón la busca durante mucho
rato. Al fin, se da por vencido y grita:
-¡Me rindo! ¡Puedes salir de tu escondite!
El moscardón comprendió que las apariencias engañan y
que los colores sirven para ocultarse tanto como para ser delatado.
«No te fíes de las apariencias, a veces engañan.»
0.999.5 anonimo fabula,
No hay comentarios:
Publicar un comentario