Lavarse era algo superior a las fuerzas de aquel
pequeño koala. Todos lo rechazaban con un gesto de asco por el olor tan desagradable
que despedía El pequeño Koala se subía a los árboles más altos deseoso de
encontrar un lugar tranquilo. ¡Ni por esas! De vez en cuando se encontraba con
algún pájaro muy aseado que, horrorizado, solía arrojarlo de sus dominios a
picotazos. Así que, finalmente, tuvo que enfrentarse con su problema.
«¿No es mejor pasar un mal rato por las mañanas y
poder disfrutar después de una vida normal el resto del día, a seguir así?», se
dijo.
Armándóse de valor, se metió en un barreño lleno de
agua y jabón. Limpio y perfumado, Koala asombró a sus amigos, que lo recibieron
con los brazos abiertos.
Al poco tiempo, a Koala empezó a gustarle lavarse
tcdos los días.
«Si estás limpio y aseado serás bien tratado.»
0.999.5 anonimo fabula,
No hay comentarios:
Publicar un comentario