Poco antes que
esparciese
Sus cabellos en
hebras
El rubicundo Apolo
Por la faz de la
tierra,
De cazador armado,
Al soto Fabio
llega.
Por el nudoso
tronco
De cierta encina
vieja
Sube para ocultarse
En las ramas
espesas.
Los incautos
conejos
Alegres se le
acercan.
Uno del verde prado
Igualaba la hierba;
Otro, cual
jardinero,
Las florecillas
siega;
El tomillo y romero
Éste y aquél
cercenan;
Entre tanto al más
gordo
Fabio su tiro
asesta;
Dispara, y al estruendo
Se meten en sus
cuevas
Tan repentinamente,
Que a muchos
pareciera
Que, salvo el
muerto, a todos
Se los tragó la
tierra.
Después de tanto
espanto,
¿Habrá alguno que
crea
Que de allí a poco
rato
La tímida caterva,
Olvidando el
peligro,
Al riesgo se presenta?
Cosa extraña parece
Mas no se admiren
de ella.
¿Acaso los humanos
Hacen
de otra manera?
1.045.5 Samaniego (Felix Maria)
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