Una Perdiz en celo
reclamada
Vino a ser en la
red aprisionada.
Al Cazador la
mísera decía:
«Si me das
libertad, en este día
Te he de
proporcionar un gran consuelo.
Por ese campo
extenderé mi vuelo;
Juntaré a mis
amigas en bandadas,
Que guiaré a tus
redes, engañadas,
Y tendrás, sin
costarte dos ochavos,
Doce perdices como
doce pavos.»
«¡Engañar y vender
a tus amigas!
¿Y así crees que me
obligas?
Respondió el
Cazador; pues no, señora;
Muere, y paga la
pena de traidora.»
La traición, aun soñada, es detestable.
1.045.5 Samaniego (Felix Maria)
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