Osito presumía de su inteligencia y nunca se esforzaba
por nada. Todo le salía bien.
Un día, descubrió una colmena repleta de miel. Cientos
de abejas trabajaban incansablemente para reunir ese manjar. Eso no le preocupaba
a Osito, que aprovechaba cualquier descuido de las abejas para darse un gran
banquete.
-¡Qué tontas son estas abejas! Mucho trabajar y luego
se dejan quitar la miel.
Las pobres abejas, extrañadas por cómo desaparecía la
miel, decidieron vigilar la colmena y no tardaron en descubrir a Osito. De
repente, todas las abejas se lanzaron furiosas sobre él. Recibió tantos picotazos
que, hinchado, salió bramando corre que te corre a través del bosque. El
escarmiento dio resultado, pues Osito no volvió a intentar jamás apropiarse de
lo ajeno.
«Uno no se debe aprovechar del trabajo de los demás.»
0.999.5 anonimo fabula,
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