Cientos de animales disfrutaban de la fiesta. De
pronto apareció don Oso y todos se quedaron mirándole pues tenía fama de agua-fiestas.
Don Oso se acercó a la caseta de tiro al blanco. El premio del que diera en el
blanco era un gran puro. Don Oso cogió una escopeta y todos los que estaban alrededor
corrieron a esconderse. Don Oso apuntó a la diana pero, en el momento de
disparar, tropezó con su pierna un gato que jugaba persiguiendo a un ratón. El
tiro salió desviado y dio en el trasero de don Mapache, que estaba robando un
caramelo a doña Pata.
Todos se pusieron muy contentos de que el tiro hubiera
servido para coger al ladronzuelo. El dueño de la caseta regaló el puro a don
Oso para que siguiera tirando. Desde entonces don Oso ya no tiene mala fama.
«Cuando vayas a las fiestas no seas aguafiestas.»
0.999.5 anonimo fabula,
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