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miércoles, 25 de septiembre de 2013

El mirlo blanco

Muchos mirlos habían intentado casarse con Mirlita, pero ella decía que solamente se casaría con un mirlo blanco. Como es bien sabido, todos los mirlos son negros.
Uno de sus pretendientes, muy enamorado de ella, intentó cambiar el color de su plumaje enganchándose plumas blancas en el cuerpo. Mirlita, al besarlo, fue haciéndolas caer.
Probó después a untarse con cera. Parecía blanco, pero con el calor la cera se derritió y de nuevo se vio el engaño. Se echó nieve encima y pasó lo mismo.
Cansado, el mirlo se alejó triste, decidido a renunciar a Mirlita, pero ésta, conmovida por el ánimo de su pretendiente, corrió tras él y le ofreció su mano. Después de todo, pensó que se lo había merecido.

«Ser constante es importante.»

0.999.5 anonimo fabula,

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