Un lobo asustaba a todos los animales del bosque con
su terrible aspecto. Siempre estaba al acecho de cualquier víctima indefensa.
Al pasar delante de un castaño hueco, Ratoncín y
Ardillita tuvieron una brillante idea para librarse de él definitivamente.
-Pondremos un espejo en el hueco del tronco -dijo
Ardillita, ilusionada. Lo demás corre de cuenta de este lobo fanfarrón.
Ambos dijeron a todo el mundo que un lobo muy feroz se
había instalado en el tronco hueco y desafiaba a todos los demás lobos de la
región.
Enterado el lobo fanfarrón de que alguien osaba
desafiarle, colérico y echando chispas por los ojos, se dirigió al castaño
hueco con su más terrible aspecto.
¡Cuál no sería su sorpresa al descubrir ante él un
lobo tan horrible y fiero! Sintió tanto pavor que echó a correr. Dicen que
todavía sigue huyendo.
«Si eres
fanfarrón nunca debes hacerte el remolón.»
0.999.5 anonimo fabula,
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