Un Perro y un
Borrico caminaban,
Sirviendo a un
mismo dueño;
Rendido éste del
sueño,
Se tendió sobre el
prado que pasaban.
El Borrico
entretanto aprovechado
Descansa y pace;
mas el Perro, hambriento,
«Bájate, le decía,
buen jumento;
Pillaré de la
alforja algún bocado.»
El Asno se le
aparta como en chanza;
El Perro sigue al
lado del Borrico,
Levantando las
manos y el hocico,
Como perro de ciego
cuando danza.
«No seas bobo, el
Asno le decía;
Espera a que nuestro
amo se despierte,
Y será de esta
suerte
El hambre más,
mejor la compañía.»
Desde el bosque
entre tanto sale un lobo:
Pide el Asno favor
al compañero;
En lugar de ladrar,
el marrullero
Con fisga
respondió: «No seas bobo;
Espera a que
nuestro amo se despierte;
Que pues me
aconsejaste la paciencia,
Yo la sabré tener
en mi conciencia,
Al ver al lobo que
te da la muerte.»
El Pollino murió,
no hay que dudarlo;
Mas si resucitara
Corriendo el mundo a todos predicara:
1.045.5 Samaniego (Felix Maria)
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