De reliquias
cargado,
Un Asno recibía
adoraciones,
Como si a él se
hubiesen consagrado
Reverencias,
inciensos y oraciones.
En lo vano, lo
grave y lo severo
Que se manifestaba,
Hubo quien conoció
que se engañaba,
Y le dijo: «Yo
infiero
De vuestra vanidad
vuestra locura;
El reverente culto
que procura
Tributar cada cual
este momento,
No es dirigido a
vos, señor Jumento,
Que sólo va en
honor, aunque lo sientas,
De la sagrada carga
que sustentas.»
Cuando un hombre
sin mérito estuviere
En elevado empleo o
gran riqueza,
Y se ensoberbeciere
Porque todos le
bajan la cabeza,
Para que su locura
no prosiga
Tema encontrar tal
vez con quien le diga:
«Señor jumento no
se engría tanto;
Que si besan la peana es por el santo.»
1.045.5 Samaniego (Felix Maria)
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