Yo conocí un
Jumento
Que murió muy
contento
Por creer, y no iba
fuera de camino,
Que así cesaba su
fatal destino.
Pero la adversa
suerte
Aun después de su
muerte
Le persiguió:
dispuso que al difunto
Le arrancasen el
cuero luego al punto
Para hacer
tamboriles,
Y que en los
regocijos pastoriles
Bailasen las
zagalas en el prado,
Al son de su
pellejo baqueteado.
Quien por su mala
estrella es infelice,
Aun muerto lo será. Fedro lo dice.
1.045.5 Samaniego (Felix Maria)
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