Sin duda alguna que se hubiera
ahogado
Un Lobo con un hueso
atragantado,
Si a la sazón no pasa una
Cigüeña.
El paciente la ve, hácela seña;
Llega, y ejecutiva,
Con su pico, jeringa primitiva,
Cual diestro cirujano,
Hizo la operación y quedó sano.
Su salario pedía,
Pero el ingrato Lobo respondía:
«<Tu salario? Pues ¿qué más
recompensa
Que el no haberte causado leve
ofensa,
Y dejarte vivir para que cuentes
Que pusiste tu vida entre mis
dientes?»
Marchó por evitar una desdicha,
Sin decir tus ni mus, la
susodicha.
Haz bien, dice el proverbio
castellano,
Y no sepas a quién; pero es muy
llano
Que no tiene razón ni por asomo:
Es menester saber a quién y
cómo.
El ejemplo siguiente
Nos hará esta verdad más
evidente.
1.045.5 Samaniego (Felix Maria) - 000
No hay comentarios:
Publicar un comentario